Gregory (no el mismo del juego Security Breach) recuerda con nostalgia un viejo animatrónico de su infancia llamado Felix el Tiburón, parte de una atracción acuática de Freddy Fazbear’s. Años después, obsesionado con reencontrarlo, inicia una búsqueda desesperada por el animatrónico. Encuentra a un ex trabajador del local que le dice que Felix fue desmantelado y arrojado al fondo de un tanque en una pizzería abandonada. Gregory se sumerge para verlo, pero el tanque se derrumba y queda atrapado. Cuando el agua se aclara, ve los ojos brillantes de Felix, que cobra vida y lo observa sonriendo. El cuento termina con Gregory siendo arrastrado al fondo, sin saberse si sobrevive, mientras se escucha la risa metálica de Felix.
Mandy, una joven periodista, quiere escribir una historia real sobre los horrores de Fazbear Entertainment. Se infiltra en una de las antiguas pizzerías para conseguir pruebas, pero encuentra una sala secreta donde aún funcionan algunos animatrónicos. En el interior, descubre archivos, restos humanos y una máquina llamada The Scoop, diseñada para “extraer” partes humanas y remplazarlas con componentes robóticos. Mandy intenta escapar, pero la máquina la atrapa y, en un giro final, su cuerpo queda reemplazado por una copia animatrónica de sí misma, que sonríe mientras planea publicar la historia.
Colton es un niño tímido que toca la guitarra y sueña con tener amigos. Sus padres le regalan una vieja banda de peluches de Freddy Fazbear llamada You’re the Band. Las figuras parecen normales al principio, pero poco a poco Colton nota que se mueven solas y lo animan a “unirse” a ellos. Una noche, Colton despierta y se da cuenta de que los juguetes están tocando música por su cuenta. Cuando intenta detenerlos, Freddy lo invita a ser “parte de la banda para siempre”. Al día siguiente, sus padres solo encuentran su guitarra tirada y los muñecos con una nueva figura: un pequeño Freddy con el rostro de Colton.
El epílogo final de Fazbear Frights cierra toda la historia. El detective Larson sigue enfrentándose a Eleanor, la fuente del mal que manipuló a Afton y al Stitchwraith. Tras los eventos del tomo anterior, Eleanor busca absorber más Remnant para volverse eterna, pero Larson, con ayuda del alma de Jake, logra intervenir. Jake sacrifica su propia energía para destruir a Eleanor, liberando finalmente todas las almas atrapadas por su influencia. Larson sobrevive, aunque gravemente herido, y contempla cómo el cuerpo de Eleanor se desintegra, dejando atrás solo silencio. El final sugiere que el ciclo de dolor de Fazbear Entertainment podría haber terminado… aunque el misterio del Remnant y de Afton sigue flotando, insinuando que el mal nunca desaparece del todo.